Un accidente, tal vez grato?[Adam J.Roberts]

Habia salido ya de algunas clases, las cuales por el momento me estaban dando mucha lata con los proyectos por el mismo motivo que me habia atrazado un poco en las tareas y en otras cosas, sabia que estaba al vorde de la locura con tantos trabajos pero mi cabeza estaba los ultimos dias en otro lado, a un asi tambien ocupaban lugar todos esos pendientes, por obvias razones nunca vi venir el accidente.
Al salir de las clases atabiada de miles de cosas por hacer, camine lo mas rapido posible al estacionamiento, abri como pude la portesuela del carro para poder aventar las cosas dentro de el y asi tener las manos mas libres para manejar los libros que se caian de mi mochila, despues de esto y pudiento moverme mejor entre al carro lo encendi pero en ese momento sono mi celular, articulo que no encontraba, a un que estaba segura de haberlo puesto dentro de mi mochila, o lo habia colocado en la guantera, acto seguido un golpe algo estruendoso en la parte tracera de mi carro; no podia creer lo que estaba pasando osea ensima de lo de los proyectos ahora habia chocado, o me habian chocado, no sabia por lo mismo que ni me fije si habia salido yo o no me habia fijado, puese el carro en parking para salir y ver que en efecto habia tenido la culpa, sin otro remedio me disculpe con la pena mas grande que se habia visto en mi cara- Mil disculpas, te pagare lo prometo es solo que tantas cosas que traigo en la cabeza, bueno en si el celular sono y... mil disculpas-cuando lo vi directamente no podia negar que era guapo a un que su cara de molesto me parecia sexy no podia dejar de sentir pena por lo sucedido

Me sentía fresco y lleno de energía ya que la resaca del fin de semana había menguado y al fin desaparecido de mi ya desgastado organismo.
La música que provenía de la guantera de mi Camaro se alzaba a través del interior de mi antiguo pero restaurado querido coche. Estaba tamborileando en el volante a ritmo de un tema de AC/DC de camino a la universidad, sonriente y decidido a encontrarme con alguien y pedirle quizás una cita, vale, yo no era de los que pedía citas, siempre las recibía, pero ella se hacía de rogar.

Los acordes de guitarra hicieron que me estremeciese por un instante y, en ese momento de descuido fue cuando algo chocó contra mi coche. Frené en seco y tragué saliva con el sentimiento de que aquel golpe lo había recibido en mi propia piel.

Salí de mi Camaro en cuanto reaccioné para así comprobar qué o quién había profanado a mi querido, clásico y precioso coche. Al salir de inmediato coloqué mis manos en la carrocería de color plateado apagado y tanteé el golpe. Tenía una abolladura en lateral del capó.

Comencé a agitarme después de posar una mano en la cadera mientras con la otra me tapaba la boca para no gritar.

En ese instante una voz femenina me sacó del shock. Abrí los ojos y la miré con la mandíbula tensa mientras apretaba los dientes. Giré mi cuerpo nervioso hacia la chica y continué mirándola intentando calmarme.
Acto seguido metí las manos en los bolsillos de mi cazadora de cuero marrón y me tranquilicé un poco. Era una chica rubia de ojos claros delgada. Me miraba preocupada mientras se disculpaba una y otra vez.

—Bien, no hay nada que nos se arregle invitándome a una cerveza—, comencé a decir en cuanto pude salir de mi lapsus. Exhalé aire lentamente y miré de nuevo la abolladura—. Al menos no hay heridos, a parte de mi compañero— añadí señalando a mi Camaro—.Gracias que tengo un amigo cercano mecánico especialista en coches clásicos ¿Dónde ibas con tanta prisa para no verme o…era una estrategia para hablarme?

Alcé las cejas y le dedique una sonrisa mientras la miraba a los ojos. Era una alumna sin duda y mi jefe y el decano de la universidad me patearían el trasero, de eso estaba seguro.

Notablemente estaba yo mas que nerviosa, ademas de que estaba como queria el chavo no podia evitar ponerme mal ya que su carro mas que un vehiculo era un clasico, lo supe en el instante en que mire el carro y vi como el chico pasaba de verde a azul y de azul a morado, pues se veia muy molesto, gracias a dios el genio que traia ya mas que puesto y personalizado a su imagen, se le bajo siendo mas coqueto y sobre todo compasivo, lo cual me tranquilizo un poco, lo mire con cara agradecida ya que por lo menos ese dia no lo pasaria muerta de miedo en alguna carcel de paso, gracias a mi imprudencia de no fijarme bien.
Sus comentarios me sacaron inmediatamente una sonrisa de mi rostro ya que por lo menos todo habia salido de la mejor forma, de un dia nefasto a un dia mejorado en toda la extencion de la palabra, le dedique una sonrisa y le conteste-Vaya se noto mucho?, que bueno que funciono ya que pense que pedirte tu numero no seria suficiente- me acerque a el extendiendole mi mano-Soy Madison- mis ojos se posaron en los suyos haciendome intimidarme un poco-Gracias por no comerme viva y en verdad disculpame, pero hoy tuve un dia de lo peor lo unico que me faltaba era esto, me alegra que me dejes compensartelo, si quieres vamos dejamos tu carro a donde dices; y mientras te invito esa cerveza que dices?- le dije esperando le agradara mi idea

Levaba tantas cachetadas a lo largo de mi vida que mis mejillas se habían vuelto incluso más gruesas, pero en mi coche apenas unos rasguños. En cambio, este "accidente" ya no me dolía tanto ya que haber conocido a esta chica había calmado mi enfurecimiento.
Miles de golpes de chicas a lo largo de mi vida después de haberles hecho alguna trastada y esta vez era todo diferente, mi Camaro se había llevado el golpe y el resultado era algo así como una "cita" con la rubia que había causado tal alboroto.
Alcé una de mis cejas y sonreí en su dirección a la vez que colocaba ambas manos en los bolsillos de mi cazadora de cuero. Si, era primavera, pero siempre adoraba llevarla junto con una camiseta blanca muy fina debajo.
En ese instante la chica sonrió y me dedicó un comentario que hizo que mi sonrisa se ampliase antes de tenderme la mano.
Alcé mi mano libre y la miré a los ojos.

—Encantado de conocerte “accidentalmente", Madison. Soy Adam Roberts—estreché su delicada mano suavemente y lento—. De acuerdo, no hay más que hablar. ¿Tenias pensado hacer algo? Yo lo llevo más tarde…

Agaché la mano que le había estrechado para luego alzarla en dirección hacia mi ahora abollado pero amado coche.

Mientras tomaba mi mano no pude evitar sonrojarme un poco ya que era un chico muy atractivo y pues ademas un poco el calor era evidente que no podia dejar escapar un poco de nerviosismo ante tal situacion, sobre todo por que bueno yo lo habia chocado; mientras observaba sus ojos no pude evitar no escuchar del todo bien pero a un asi me habria escuchado yo bien, me estaba pidiendo salir con el? o al menos eso fue lo que yo entendi, le dedique una leve sonrisa y asenti hacia su invitacion-No bueno teia tarea que hacer pero sera despues, como podria hacerte la groceria de dejarte asi, ademas bueno como dices mas tarde podriamos llevar el carro juntos; digo tu sabes para pagar lo del golpe- le dije parloteando un poco ya que por lo regular no era asi pero ese dia no estaba muy segura de lo que le pasabaa a mi lengua suelta.

Acababa de salir del piso y ya tenia algo parecido a una cita, si mi hermano Dean estuviese aquí me sonreiría con gesto de orgullo mientras seguramente se preguntaba en sus adentros cómo lograba hacerlo. Él era bueno, pero yo más aún.
De acuerdo, mi Camaro se había llevado un buen golpe, pero por peores cosas he pasado antes de ligarme a una chica asi. Cuando asintió le dediqué una amplia sonrisa, me humedeci los ojos mientras me hablaba e introduje mis manos en los bolsillos delanteros de mis vaqueros.
—No te preocupes—, dije alzando la mano y asintiendo—, la tarea es la tarea. Si quieres me das tu número y nos mantenemos en contacto—. objeté algo mas serio--,Ni hablar, con una cerveza estaría más que resuelto—dije y sonreí de nuevo, esta vez de medio lado.
Era una alumna, eso estaba claro, pero no era menor de edad y no recordaba haberla visto en mis clases, sólo esperaba que mientras no se convirtiese en una de mis alumnas. Esperé su respuesta, si tenia que esperar, no me importaba lo más mínimo.

Su sonrisa era encantadora, y despues de su comentario no pude evitar decirle-No te preocupes para eso esta el fin de semana, hoy es viernes no me lo tomes a mal pero para eso son los viernes para no hacer la tarea- le dije en tono bromista ya que no era una cerebrito ni mucho menos pero de hacer la tarea a salir con el preferia pasar el rato lejos de los libros-Me parece bien una cerveza, pero dejemos que se decida mas tarde si solo sera una cerveza- le dije en tono amigable ya que no lo conocia pero se estaba portando realmente caballeroso y tranquilo despues del trancazo que le habia dado a su carro.
Cerre mi carro dejando de lado todo el mundanal de libros y cuadernos que me esperarian todo el fin de semana, ya que siendo la nueva en el lugar podia darme el lujo de conocer unas cuantas personas y amigos, tome mi bolso de la parte trasera de mi carro y me dispuse a subirme al camaro; no sabia que me esperaba ese dia pero de seguro me la pasaria genial ya que se veia que Adam era un chico que sabia divertirse a su modo.

Alcé la una mano tras sacarla de los bolsillos y la miré apretando los labios en una sonrisa culpable.

—Espero no ser el culpable de alguna puntuación negativa. Pero….estamos de acuerdo en eso—confesé agrandando la sonrisa y guiñando un ojo—. Los viernes son para disfrutar de la vida. Y de una buena cerveza—concluí bajando un poco la cabeza hacia su posición —. No tiene por qué ser una, pueden ser unas cuántas.

La rubia cerró la puerta de su coche después de dejar toda su carga dentro. Iría al infierno por esto, pero pensé que mi sentencia hacia años que estaba dictada y ahora sólo quedaba que los años de tortura se ampliasen con cada una de mis hazañas. Después de que la chica se subiese a mi Camaro. Me coloqué mis gafas de sol, posé mi trasero en el cuero del sillón del conductor y , tras cerrar la puerta, miré a Madison.

—Donde digas, princesa. Tú decides el lugar ..sólo un requisito, que vendan buena cerveza.



Off: Perdón la tardanza. Los exámenes ¬¬. Ya me dices dónde seguimos